La muestra reúne más de 70 piezas provenientes de colecciones mexicanas y europeas: óleos virreinales, grabados, exvotos, textiles bordados en oro y documentos históricos que narran no solo la devoción, sino también la construcción política y cultural que rodea a la Virgen del Tepeyac. Por primera vez, el Prado se abre a un relato profundamente iberoamericano, donde la Guadalupana deja de ser solo símbolo religioso para convertirse en puente de identidad entre dos continentes.

En palabras de su curadora, la historiadora Leticia Sánchez de León, “esta exposición no solo busca mostrar la riqueza estética de la imagen guadalupana, sino comprender su poder de cohesión en momentos de crisis, migración y búsqueda de sentido”.

Un ícono que trasciende el tiempo

Desde el momento en que Juan Diego la describió en su tilma hasta su actual presencia en millones de hogares y santuarios alrededor del mundo, la Virgen de Guadalupe ha sido testigo y protagonista de la historia. En esta muestra, su viaje va más allá del Atlántico: se convierte en un acto de reencuentro, de diálogo, de memoria compartida.

La exposición también coincide con el reciente otorgamiento del Premio Princesa de Asturias de la Concordia al Museo Nacional de Antropología de México, fortaleciendo el tejido diplomático y cultural entre ambas naciones. El eco es claro: la cultura tiene la capacidad de sanar heridas, de reconstruir puentes que alguna vez se dieron por perdidos.

Guadalupe en el Prado: más que una exposición

No es común ver una imagen tan profundamente americana en el corazón del arte español. Sin embargo, al recorrer esta exposición, resulta evidente que la Virgen de Guadalupe no es solo mexicana: es universal. Su mensaje de consuelo, cercanía y dignidad humana resuena hoy, en pleno siglo XXI, con una fuerza que trasciende credos, geografías y generaciones.

Esta es una invitación a mirar a la Virgen del Tepeyac no solo con fe, sino con los ojos del arte, la historia y el diálogo cultural. Porque a veces, las distancias más largas no se miden en kilómetros, sino en silencios… y esta exposición viene a romperlos.